El ayuno es un antídoto maravilloso para esos hábitos cotidianos con que progresivamente vamos perjudicando a nuestro cuerpo. No hay nada malo en disfrutar de la comida, pero su consumo en exceso y continuado acaba suponiendo una carga nada positiva para el cuerpo. Cuando introducimos más nutrientes de lo que realmente necesitamos (lo más común en nuestra sociedad moderna) lo que para nuestro paladar puede ser un placer, para los órganos internos supone una sobrecarga con la que debe enfrentarse.
Durante el ayuno, nuestro sistema se libera de esa carga y puede descansar en cuanto a procesos de digestión, asimilación y metabolismo se refiere. Estas son actividades que requieren una gran cantidad de energía. Se estima que alrededor del 65% de la energía corporal se destina a los órganos relacionados con la digestión tras una comida copiosa.
El cuerpo en ayunas, eximido de su esfuerzo cotidiano, se entrega a labores de “autolimpieza”. Es momento de liberar todas esas toxinas acumuladas en los tejidos, a las que hasta ese momento no había podido acceder. Esta liberación de las funciones digestivas y la consecuente capacidad de restitución orgánica, o “puesta al día”, del organismo es, sin duda, uno de los grandes beneficios del ayuno para la salud.
El ayuno en sí mismo no es un “medicamento” para cualquier dolencia. Lo que en realidad hace es crear un entorno propicio para que se pongan en marcha los mecanismos naturales de curación, sin la intervención de agentes externos. Y, dado que el cuerpo sabe cómo curarse a sí mismo a cualquier nivel, la conclusión es que el ayuno ayuda a reequilibrar el sistema a nivel general.
El ayuno es buenísimo para el corazón y la diabetes
Según los investigadores del Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain, en Utah, Estados Unidos, el ayuno no sólo reduce el riesgo de enfermedades del corazón y diabetes, sino que también provoca cambios positivos importantes en los niveles de colesterol de una persona. El estudio fue presentado durante la reunión anual del Colegio Estadounidense de Cardiología, que se celebra en Nueva Orleans (EE UU).
Los resultados mostraron que durante el período de ayuno se incrementaron los niveles tanto del llamado colesterol malo (LDL) como del colesterol bueno (HDL) en 14% y 6% respectivamente, incrementando el nivel total de colesterol. “El ayuno provoca hambre y estrés. En respuesta, el organismo libera más colesterol lo cual le permite utilizar grasa como fuente de energía, en lugar de glucosa” explica Benjamin Horne, coautor de la investigación. A su vez, esto disminuye el número de adipocitos (células de la grasa) en el organismo. “Esto es importante porque cuantos menos células grasas tenga el organismo, menos probabilidad de sufrir hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, o diabetes”, agrega el investigador.
Asi que no lo piense más y ya es hora de un ayuno! Síguenos a través de los Eventos de ayuno ¨El ayuno cambia tu vida¨ en la Pagina de Facebook
EL SECRETO DEL AYUNO
Cuando el cuerpo humano tiene hambre, se come a sí mismo, hace un proceso de limpieza, empieza eliminando todas las células enfermas, cancerígenas y células envejecidas. El hambre mantiene joven el cuerpo y combate enfermedades como la diabetes.
Durante el hambre el cuerpo fabrica proteínas especiales que se crean sólo en ciertas circunstancias. Y cuando se hacen, el organismo selectivamente reúne éstas proteínas alrededor de las células enfermas, cancerosas o muertas, las disuelve y restaura y se beneficia el organismo de nutrientes producto de éste proceso. Así es como se realiza el reciclaje durante el ayuno.
Los científicos han logrado a través de largos estudios especializados que el proceso de autofagia requiere condiciones inusuales que obliguen al organismo a hacer ese proceso. Estas circunstancias especiales incluye que una persona se abstenga de comer y beber durante 16 horas (ciclo 8/16).
Los humanos deben funcionar normalmente durante este período. Este proceso debe repetirse durante algún tiempo para lograr que el organismo se limpie al máximo y para no reactivar las células enfermas. Se recomienda repetir el proceso de hambre y sed uno o dos días a la semana según Yoshinori Ohsumi – Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
“Yo practico el ayuno intermitente de 16hs y lo super recomiendo! no cuesta nada.. Cenar a las 22hs y luego almorzar al otro día a las 14hs, solo te salteas el desayuno y te hace muy bien.. He sentido como se limpia el cuerpo. Yo no me enfermo nunca y me siento muy bien siempre. He llegado a practicar ayunos completos de 10, 20 y 30 días solo con agua.. y me senti muy bien! recomiendo intentar un ayuno de 3 dias completos, que es cuando se produce la autofagia completa, y sino.. los ayunos intermitentes.”
El ayuno de 40 días es para seres de alta vibración, en el día cuarenta no solo limpias tu cuerpo, también limpias tu alma de los parásitos interdimensionales y puedes abrir el tercer ojo. Este ayuno es solo para maestros espirituales y seres de alta vibración ( no es recomendable para aprendices ).