El loto (Nelumbo nucifera) es un símbolo antiguo y polivalente en la cultura asiática.
Los hindúes la veneran con el dios Vishnu, Brahma y, en menor grado, Kubera, y las diosas Lakshmi y Saraswati.
A menudo utilizado como un ejemplo de belleza y pureza divinas, al Señor Vishnu se describe como el “Ojo de Loto”. Se cree que un loto brotó del ombligo de Vishnu mientras estaba en Yoga Nidra. Luego, el loto florece y descubrió al dios creador Brahma en una posición de loto.
Sus pétalos que se abren significan la expansión del alma. El crecimiento de su belleza pura que nace del barro encierra una benigna promesa espiritual. En particular, Brahma y Lakshmi, las divinidades de la potencia y la riqueza, tienen asociado el símbolo del loto.
La flor de loto es uno de los Ashtamangala del budismo, símbolo de la creación y la renovación cósmica y la “pureza primordial” y comparte el simbolismo del chakra y el mandala del chakra del Dharma, también se cita ampliamente en los Puranas y Vedas, por ejemplo:
Aquel que cumple con su deber sin apego, entregando los resultados al Señor Supremo, no se ve afectado por la acción pecaminosa, como el loto no es tocado por el agua.
— Bhagavad Gita 5.10
El significado simbólico de un loto se refleja en las culturas chinas con una famosa declaración hecha por el erudito confuciano del siglo XI Zhou Dunyi: “Me encanta el loto porque, aunque crece del barro, no se mancha”.
Se considera que el padma es una flor con mil pétalos y, por lo tanto, se asocia con el chakra Sahasrara que lo incluye todo. El padma se representa como un estrado endémico sobre el que descansan las deidades y también sobre el que se arraiga la iconografía hindú.
En el simbolismo budista, el loto simboliza la pureza del cuerpo, el habla y la mente, ya que mientras está enraizado en el barro, sus flores surgen en largos tallos como si flotaran sobre las aguas turbias del apego y el deseo. Denota desapego porque las gotas de agua que caen se deslizan fácilmente sobre sus pétalos.
Según la leyenda, Gautama Buda nació con la capacidad de caminar y dondequiera que pisaba, florecían flores de loto.
Fuente: Tantra
Edición al castellano: Navita dasi