Kṛṣṇa, en Su contemplación de Vṛndāvan, había asumido la forma de Naṭavara Nanda-kiśora, el joven hijo del rey de Vraja, de pie en la atractiva pose de un bailarín. Las reinas se sorprendieron al ver este aspecto de Kṛṣṇa; tan hermoso y feliz.
Baladeva y Subhadrā se sentaron en sus carros y dijeron: “Nosotros iremos primero y diremos que Tú vienes justo detrás”.
Entonces Kṛṣṇa también subió a Su carro y los tres hermanos partieron hacia Vṛndāvan.
En Vṛndāvan, Śrīmatī Rādhārāṇī parecía estar tomando sus últimos alientos.
“Si Kṛṣṇa no viene pronto, Rādhārāṇī ciertamente perecerá”, dijeron los Vraja-devīs.
Los carros de Baladeva y Subhadrā se dirigieron rápidamente hacia Vṛndāvan; sin embargo, Kṛṣṇa era muy tímido. Pensó: “¡Engañé a los Vrajavāsīs! Prometí regresar después de uno o dos días cuando me fui, pero ahora han pasado cien años. Antes, Yo desaparecí del Rāsa-līlā, y las gopīs casi abandonaron sus vidas al separarse de Mí. Ahora, hace tanto tiempo que estoy fuera, tan lejos, y ellos sólo han mantenido sus vidas con la esperanza de volverme a ver y también sabiendo que Yo estaría desconsolado si ellas se fueran”.
Mientras Kṛṣṇa pensaba de esa manera, Dāruka, Su auriga, rápidamente avanzó hacia Vṛndāvan. Los vrajavāsīs vieron el polvo que se levantaba de las ruedas del carro de Kṛṣṇa cuando Él entró en Vraja y lo que les recordó cómo habían visto diariamente a Kṛṣṇa regresar del bosque con las vacas y los terneros durante tantos años.
Cuando Kṛṣṇa llegó a Nandagrāma, bajó lentamente del carro y caminó hacia los asombrados Vrajavāsīs. Cuando se reunió con todos ellos, se enteró de la condición de Rādhārāṇī, e inmediatamente corrió hacia donde Ella estaba en el bosque de Uddhava-kyari.
Baladeva y Subhadrā habían llegado poco tiempo antes que Kṛṣṇa. Se encontraron alegremente con Nanda y Yaśodā. Sin embargo, antes de ir a Nanda-bhavan, Kṛṣṇa fue directamente a ver a Rādhārāṇī. Al ver Su condición, Kṛṣṇa se derritió. Él dijo: “La descuidé. Todo esto es mi culpa.” Sus ojos, manos y piernas, se derritieron
Subhadrā y Baladeva llegaron hasta donde estaba Kṛṣṇa y también se derritieron en el éxtasis del amor divino. Nārada Ṛṣi llegó y, al ver el estado de Kṛṣṇa, Baladeva y Subhadrā, comenzó a cantar y cantar.
Poco a poco, Kṛṣṇa, Baladeva y Subhadrā volvieron a sus formas originales.
Entonces Lalitā le susurró al oído a Rādhārāṇī: “Kṛṣṇa ha venido. Él está aquí.” Ella abrió lentamente los ojos y Lalitā la ayudó a sentarse. Entonces Le pareció como un sueño que Kṛṣṇa alguna vez se hubiera ido.
Rādhārāṇī dijo: “Ya no quiero estar separada de Ti”.
Rādhārāṇī entonces se escondió en el corazón de Kṛṣṇa. Entonces se sintió bien después de tanto tiempo de separación. Cuando estuvieron separados, hubo muchos problemas. Pero ahora Ellos se convirtieron en Rasaraja-Mahabhava.
Todas las sakhīs y mañjarīs también entraron en los corazones de Rādhā-Kṛṣṇa. Todos los sakhās entraron en el corazón de Baladeva Prabhu y los otros Vrajavāsīs entraron en el corazón de Yogamaya-Paurṇamāsī o Subhadrā-devī.
Luego se prepararon para ir al mundo eterno, aprākṛta Vrajamaṇḍala. Cuando Kṛṣṇa y Sus hermanos regresaron por primera vez a Vraja-bhūmi, esto se significa que durante el tiempo del ratha-yātrā de Jagannātha desde el Śrī Mandir al Gundicha Mandira, y cuando Jagannātha, Baladeva y Subhadrā regresaron en los carros al Śrī Mandira desde Gundicha , esto representa cómo fueron junto con todos los Vrajavāsīs al mundo eterno y trascendental: Goloka Vṛndāvana.
Fuente: ŚRĪ GURU DARŚANA. Revelación del Divino Maestro Śrīla Bhaktivedānta Nārāyaṇa Gosvāmī Mahārāja por Sripad Seva Ratna Premananda Prabhuji
Bhakta Bandhav Publications
Traduccion y edicion: Navalatika dasi


